Este original proyecto, producto de cuatro años de labor, quiebra nuevamente los límites
de la percepción visual directa y propone la aplicación de tomas estereoscópicas (fotografía 3D)
en registros panorámicos y vistas aéreas. Pastorino utiliza un curioso artificio técnico:
un barrilete para elevar la cámara. Ello invita a contemplar el mundo desde la vista de un pájaro.